Eduardo Lara Peniche
La falta de ideología política y la desmedida ambición económica una vez más revela la verdad de un sistema político social totalmente decadente.
Durante más de 70 años nuestro país fue gobernado por un partido político, tiempo en que el modelo político diseñado por los revolucionarios mexicanos se fue fortaleciendo al grado de que en el mundo entero era considerado como la dictadura perfecta.
Ese modelo político social incluyó la creación de partidos “opositores” que le dieron validez a la democracia mexicana, en la cual todos los partidos participaban en el juego; como consecuencia normal del uso excesivo del poder, los abusos descarados de los políticos y el olvido de la formación profesional de funcionarios de alto nivel, el modelo terminó en devaluarse a pesar del “relevo” de partido entre 2000 y 2012, y el rotundo fracaso de la administración de Peña Nieto, que se caracterizó por los excesos de todo tipo, económicos, de poder y corrupción.
Las condiciones político sociales derivadas de los excesos del PRI tuvieron un fin con la creación de un movimiento social dirigido por Andrés Manuel López Obrador, el cual tuvo varias etapas, primero como dirigente nacional del PRD, la creación del movimiento de regeneración nacional, la protesta política mediante la creación del gobierno legítimo y la creación del partido político nacional morena, proceso que le permitió alcanzar la presidencia de la república.
La hazaña de López Obrador permitió que sus seguidores tuvieran la esperanza de ser parte de la llamada cuarta transformación por el simple hecho de promover el movimiento social repartiendo el periódico “Regeneración”, recabar firmas para la defensa del petróleo y organizar las asambleas estatales para lograr el registro de un nuevo partido político, acciones que realizaron con tiempo, trabajo y recursos económicos propios. Esos mismos activistas políticos fueron criticados no sólo por los militantes de otros partidos políticos, sino también por gente que no confió en que López Obrador lograría ser presidente de la república.
En 2015, en el proceso electoral federal morena logró ganar 14 diputaciones de mayoría relativa y 21 de representación proporcional (plurinominales); para el año 2016, en Quintana Roo, con todos los pronósticos en contra, morena logró obtener 12 regidurías en 9 de los 11 municipios así como dos diputaciones plurinominales, resultados obtenidos por el compromiso de los militantes del partido, quienes dieron todo de sí para lograr ser la esperanza de México y Quintana Roo, cabe mencionar que en esos proceso electorales no apareció la figura de Andrés Manuel López Obrador en las boletas.
Después de un intenso trabajo para posicionar el partido morena en Quintana Roo, y el fracaso de la campaña electoral de José Luis Pech como candidato a gobernador, este fue designado como delegado estatal del partido, condición que le permitió secuestrar el partido y empezar a vender las candidaturas a diputados federales, senadora y las once presidencias municipales para el proceso electoral 2018, en el cual Andrés Manuel López Obrador apareció en las boletas electorales, condición que aprovecharon los socios priistas de Pech para integrarse a morena, al entender que su partido había perdido la fuerza social que le permitió mantener el poder político, y demás privilegios, misma que provocó que la gran mayoría de militantes fundadores de morena fueran desplazados, al igual que nueve de los doce regidores que le dieron identidad y fuerza a morena entre el 2013 y 2016, por lo que hoy, la mayoría de quienes aseguran merecer una candidatura de morena por ser fundadores no son más que oportunistas, al igual que la mayor parte de los regidores, diputados locales y federales y senadores, por quienes la cuarta transformación no ha llegado a Quintana Roo.
En pleno proceso electoral 2022, una vez más aparecen oportunistas quienes, colgados de la imagen y prestigio de Lópe,z Obrador pretenden obtener candidatura de diputación local, sin tener la formación y capacidad política para ejercer el cargo a favor de una ciudadania que exige que la 4T se aplique en Quintana Roo.


