La empresa Aguakan, concesionaria del servicio de agua potable en el norte de Quintana Roo, enfrenta crecientes críticas por su deficiente servicio y la falta de infraestructura básica para la atención al cliente. La situación ha llegado a un punto insostenible para los ciudadanos de municipios como Benito Juárez, Solidaridad, Isla Mujeres y Puerto Morelos, quienes denuncian no solo el mal servicio de agua, sino también la inoperancia de los cajeros automáticos destinados al pago del servicio.
En Puerto Aventuras, una alcaldía perteneciente a Solidaridad, la población ha crecido significativamente en los últimos años, sin embargo, Aguakan no ha respondido a esta expansión con la apertura de oficinas de atención al cliente o la instalación de cajeros automáticos funcionales. Los residentes se ven obligados a viajar largas distancias para pagar por un servicio que, en muchos casos, ni siquiera cumple con los estándares básicos de calidad.
A pesar de estas carencias, Aguakan sigue facturando millones de pesos al año en Quintana Roo. La empresa, que tiene la concesión en cuatro municipios del estado, parece estar más enfocada en los ingresos que en proporcionar un servicio eficiente y de calidad. Esta situación ha generado un clima de frustración entre los ciudadanos, quienes se sienten abandonados por las autoridades locales.
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Es aquí donde entra en juego la responsabilidad de los actuales diputados. Durante años, se ha discutido la situación de Aguakan en el Congreso del Estado, pero hasta ahora no se han tomado medidas concretas para resolver el problema. Los ciudadanos exigen que los legisladores cumplan con su deber de supervisar y regular a la empresa, ya que las excusas ya no son aceptables. Con millones de pesos en juego y la calidad de vida de miles de ciudadanos en riesgo, la situación requiere de una respuesta inmediata.
En los próximos días, se espera que los ciudadanos tomen medidas para hacer valer sus derechos, ya sea a través de protestas o demandas legales, ante la evidente inacción de Aguakan y la falta de soluciones por parte de las autoridades. Mientras tanto, el servicio de agua sigue siendo un lujo al que muchos en Quintana Roo no tienen acceso.


