La boda de Anant Ambani, hijo menor del hombre más rico de Asia, Mukesh Ambani, con Radhika Merchant ha capturado la atención de India y el mundo. Durante más de cuatro meses, las fastuosas celebraciones han incluido eventos espectaculares, desde cenas en estructuras de vidrio inspiradas en el Jardín Botánico de Brooklyn, hasta conciertos privados de estrellas como Rihanna, Justin Bieber y Katy Perry.
La boda, con un costo estimado entre 132 y 156 millones de dólares, ha reunido a celebridades globales como Mark Zuckerberg y Bill Gates, y ha sido comparada con la opulencia de los antiguos marajás indios.
El lujo desbordante ha despertado tanto fascinación como críticas. Muchos han expresado su indignación por la magnitud de la riqueza exhibida en un país donde millones de personas viven en la pobreza. Las joyas incrustadas con miles de cristales Swarovski, trajes de diseñadores como Dolce & Gabbana, y la construcción de 14 templos dentro de un complejo para la boda, son solo algunas muestras del exceso. Mientras algunos ven estos eventos como un símbolo de la riqueza india moderna, otros consideran que es una burla a la desigualdad social del país.
Las críticas aumentaron cuando el gobierno indio designó un pequeño aeropuerto como internacional exclusivamente para las festividades, provocando frustración entre los ciudadanos por las complicaciones de tráfico y las restricciones en Mumbai. Aunque las celebraciones han marcado un hito en la industria de las bodas, también han alimentado el debate sobre la exhibición de riqueza en una nación en la que las disparidades económicas son cada vez más evidentes.
Noticias El Rumbo del Caribe 
Deja un comentario