Morena entra en sacudida: caen figuras del lopezobradorismo y Sheinbaum concentra el poder rumbo a 2026

El arranque de 2026 marcará un reacomodo profundo dentro de Morena y en el primer círculo del poder federal. De acuerdo con el periodista Mario Maldonado, en su columna publicada en El Universal, el oficialismo enfrentará una sacudida interna derivada de los malos resultados electorales de 2025, tensiones acumuladas y acuerdos políticos que ya se negocian desde Palacio Nacional.

El saldo es claro: se cierra una etapa heredada del lopezobradorismo y se abre otra bajo un mayor control de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien comienza a imponer su propio estilo, operadores y prioridades.

Uno de los movimientos más sensibles será la salida de Andrés Manuel López Beltrán de la Secretaría de Organización de Morena. Aunque públicamente se manejará como una decisión personal, el trasfondo es político. Las derrotas en Durango y Veracruz, sumadas a diversos escándalos —viajes al extranjero, presuntos vínculos con empresarios de sectores delicados y un creciente desgaste mediático— terminaron por debilitar su posición dentro del partido.

Según Maldonado, la ruta de “Andy” apunta a un retiro táctico a Tabasco, recomendado directamente por su padre, el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Desde ahí buscaría reconstruir su carrera como diputado local, hacer territorio y relanzarse políticamente a mediano plazo. Aunque las aspiraciones presidenciales no están descartadas, hoy lucen lejanas, sobre todo ante la relación fría con Sheinbaum y la abierta tensión con Luisa María Alcalde, actual dirigente nacional de Morena.

El reacomodo también alcanzará al Senado. Adán Augusto López dejará la coordinación de Morena y, en los hechos, la política nacional. Su salida estaría pactada con la presidenta y se traduciría en un “exilio dorado” al servicio exterior, con destinos como Portugal o Francia. El mensaje es contundente: deja de ser el operador clave del oficialismo y ya no encabezará el cabildeo de la reforma electoral presidencial.

En su lugar emerge Ignacio Mier como posible nuevo articulador, aunque no se descarta que la operación política recaiga en una figura femenina de absoluta confianza de Sheinbaum, lo que confirmaría un cambio de estilo, de lealtades y de mando dentro del Congreso.

El ajuste se completa con un movimiento estratégico en el gabinete ampliado: Lázaro Cárdenas Batel aterrizaría en Pemex, en uno de los momentos más críticos para la petrolera, asfixiada financieramente y bajo una nueva lógica de control desde las secretarías de Energía y Hacienda. No se trata de un nombramiento menor, sino de una pieza clave en el rediseño del poder real dentro del gobierno.

Así, entre salidas forzadas, retiros calculados y nuevos nombramientos, Morena se encamina a 2026 con heridas internas y altos costos políticos, pero también con una señal inequívoca: Claudia Sheinbaum deja de administrar inercias y comienza a mandar. El poder se concentra, los equilibrios se rompen y el oficialismo entra en una etapa menos romántica y mucho más pragmática.

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